El sistema SRT‑H de Johns Hopkins completó una colecistectomía autónoma en un modelo humano simulado, marcando un hito en robótica autónoma aplicada a medicina.

Investigadores de la Universidad Johns Hopkins han logrado un avance significativo en cirugía robótica al desarrollar un sistema capaz de realizar una intervención quirúrgica completa de forma autónoma, sin asistencia ni intervención humana directa. El procedimiento, una colecistectomía, fue ejecutado con éxito en un modelo anatómico de alta fidelidad, compuesto por tejidos sintéticos que replican las características visuales, mecánicas y estructurales del cuerpo humano.

El robot, denominado SRT‑H (Surgical Robot Transformer-Hierarchy), completó los 17 pasos estándar del protocolo quirúrgico, incluyendo identificación anatómica, separación de estructuras, colocación de clips y sección de la vesícula biliar. A diferencia de sistemas anteriores, que requerían intervención humana en fases críticas o que solo operaban bajo condiciones altamente controladas, SRT‑H interpretó el procedimiento completo y reaccionó ante estímulos imprevistos sin asistencia externa.

Lo más notable es que el sistema no ejecutó una serie de comandos preprogramados, sino que se entrenó para comprender la secuencia quirúrgica, tomar decisiones en tiempo real y ajustar su comportamiento en función del contexto. Para ello, los desarrolladores emplearon una combinación de aprendizaje automático, visión por computadora y procesamiento de lenguaje natural. El robot aprendió mediante miles de horas de videos quirúrgicos etiquetados, lo que le permitió identificar estructuras anatómicas, seguir instrucciones verbales del equipo médico y adaptarse a condiciones cambiantes, como el uso de tintas que simulan sangrado intraoperatorio.

Durante la fase experimental, el equipo probó el sistema en ocho modelos distintos, logrando un 100 % de éxito en la resección de la vesícula sin complicaciones técnicas. Aunque la duración del procedimiento fue superior a la de un cirujano humano, los investigadores destacan que la precisión, estabilidad y capacidad de respuesta del robot igualan el nivel de un especialista experto.

Este avance representa un salto cualitativo respecto a sistemas como el Smart Tissue Autonomous Robot (STAR), que en 2022 logró realizar anastomosis intestinales en animales, pero con intervenciones humanas parciales y entornos mucho más controlados. En contraste, SRT‑H operó en un entorno quirúrgico simulado de mayor realismo, con tejidos anatómicamente complejos y sin asistencia física o cognitiva externa.

Pese al logro, los autores subrayan que la tecnología aún no está lista para su uso clínico. El sistema no se ha probado en humanos ni en pacientes reales, y existen limitaciones importantes en cuanto a variabilidad anatómica, presencia de fibrosis, adherencias, hemorragias reales u otras complicaciones comunes. Además, se plantean cuestiones éticas y legales relativas a la responsabilidad médica, la toma de decisiones autónomas y el consentimiento informado en procedimientos quirúrgicos dirigidos por inteligencia artificial.

No obstante, este experimento abre la puerta a una nueva generación de sistemas quirúrgicos inteligentes que podrían complementar la labor del cirujano, especialmente en entornos con escasez de personal cualificado o en situaciones de alto riesgo. El equipo de Johns Hopkins planea ampliar las capacidades del SRT‑H hacia otros procedimientos, con vistas a iniciar ensayos clínicos en humanos dentro de la próxima década, siempre bajo estrictos controles de seguridad y supervisión médica directa.

Para la comunidad médica, este hito representa el primer paso real hacia una cirugía verdaderamente autónoma, con implicaciones profundas para la práctica clínica, la formación quirúrgica y la redefinición del papel del profesional en el quirófano del futuro.

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