Existen varios tipos de temblores y no todos están relacionados con enfermedades neurológicas como el Parkinson. Sin embargo, la consulta al especialista puede darnos un diagnóstico y tratamiento certero.
El temblor es una contracción muscular involuntaria y rítmica que provoca movimientos agitados o sacudidas en una o más partes del cuerpo. Es un trastorno del movimiento frecuente que afecta en mayor medida las manos, pero también puede afectar los brazos, la cabeza, las cuerdas vocales, el torso y las piernas. El temblor puede ser constante o intermitente y puede ocurrir esporádicamente o como resultado de otro trastorno neurológico.
El temblor es más común en los adultos de mediana edad y los adultos mayores, aunque puede presentarse a cualquier edad. El trastorno generalmente afecta a los hombres y a las mujeres por igual y no es potencialmente mortal.
Pero, cuándo debemos preocuparnos ante la presencia de temblores en nuestro cuerpo? El Dr. Luis Castro, especialista en Neurología (MP 6560) explica que “cuando ese temblor genera un problema funcional, es decir, cuando no nos permite hacer alguna actividad diaria, es momento de hacer la consulta médica para evaluar”.
En este sentido, el especialista hace la diferenciación entre el “temblor fisiológico” que es normal como reacción ante el cansancio físico o una hipoglucemia y el “temblor esencial” que no tiene algún factor que lo genere, que afecta principalmente las manos, la voz o la cabeza y que se torna constante. “Este temblor es patológico, pero no degenerativo, explica el Dr. Castro. “Cuando el paciente llega a la consulta por un temblor que consideramos como temblor esencial, podemos brindarle un tratamiento para que tenga una mejor calidad de vida”, afirma.

El temblor esencial puede ser hereditario, pero también puede aparecer en personas sin antecedentes familiares. Según las estadísticas, un 5 % de la población mundial padece este tipo de temblores.
El diagnóstico del temblor esencial es clínico, es decir, que el profesional, en este caso específico, un médico neurólogo, debe evaluar los síntomas y hacer una interpretación clínica.
Algunos de los síntomas son: movimientos rápidos y pequeños, más de 4 a 12 veces por segundo; dificultad para sostener objetos pequeños; cabeceo; voz temblorosa o agitada; temblor que empeora al realizar acciones, como escribir o revolver un café.
Una vez que se hace el diagnóstico clínico del temblor esencial, hay varias opciones de tratamiento, como los farmacológicos, que no curan el trastorno del temblor esencial, pero permiten bajar la intensidad y ayudan a mantener una buena calidad de vida a los pacientes.




