“Nuestro corazón es una máquina perfecta que genera vida; actúa como una bomba que con cada latido impulsa a hacia todo el organismo, los nutrientes y el oxígeno necesario para mantenernos vivos”, explica el Dr. Fernando Saavedra, cirujano cardiovascular y director del Hospital Privado Imac Central.

La insuficiencia cardíaca es todo lo que afecte ese músculo en su funcionamiento y que hace que esa bomba no impulse de manera efectiva la sangre a los distintos órganos del cuerpo. “Es el punto final de diferentes patologías que generan que el músculo cardíaco deje de actuar como la bomba perfecta que es”, afirma el especialista.

Según las estadísticas, esta enfermedad afecta al 3% de la población general, pero a más del 10% de los mayores de 70 años.

Existen dos tipos de insuficiencia cardíaca: aguda o crónica. Aguda es, por ejemplo, un infarto del miocardio, donde el paciente comienza con dolor en el pecho y hace que el corazón no pueda funcionar correctamente. También puede ser una arritmia cardíaca o la enfermedad del nódulo sinusal, que es lo que produce el estímulo que genera las pulsaciones regulares del corazón que van de 60 a 100 por minuto.

Saavedra explica que “como el corazón está conformado por distintas estructuras, lo que está enfermo puede ser: el músculo cardíaco, las arterias coronarias que irrigan la sangre o las válvulas cardíacas”.

Respecto de los síntomas que pueden alertarnos de que el corazón está atravesando algún tipo de insuficiencia, Saavedra afirma que estos “pueden aparecer de a poco: primero dificultad para respirar, cansancio o fatiga, dolor de pecho, palpitaciones o arritmia”.

El especialista también se refirió a las enfermedades de base que pueden derivar en insuficiencias cardíacas; entre ellas mencionó a las miocardiopatías, que afectan al músculo, y que por lo general son congénitas y afectan a personas jóvenes.

En este sentido, dijo que hay enfermedades de corazón que se pueden prevenir, como un infarto de miocardio o la hipertensión arterial, ya que tratando los factores de riesgo, como el sedentarismo, la obesidad o el tabaquismo, se puede evitar llegar a una insuficiencia cardíaca.

Los tratamientos pueden ser tanto quirúrgicas como con medicamentos, pero siempre la consulta al especialista ante la aparición de los primeros síntomas que ya hemos mencionado, es fundamental.

“Cuando recibimos a un paciente en el consultorio, lo primero es hacer la clínica médica, es decir, el contacto primario con la persona no puede determinar hacia donde debemos apuntar”, explica el Dr Saavedra. “Luego debemos hacer estudios básicos como el electrocardiograma o el ecocardiograma y otros más complejos como una angioresonancia o una angio-TAC”, agrega.

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